jueves, 28 de marzo de 2013

Carta de San Martín a Rosas, 1839.


"Gran Bourg, 7 leguas de París 10 de junio de 1839.

Exmo. Sr. capitán general D. Juan Manuel de Rosas. Respetable general y señor: 
Es con verdadera satisfacción que he recibido su apreciable del 24 de enero del corriente año; ella me hace mas honor de lo que mis servicios merecen; de todos modos, la aprobación de estos por los hombres de bien es la recompensa más satisfactoria que uno puede recibir. 

Los impresos que usted ha tenido la bondad de remitirme, me han puesto al corriente de las causas que han dado margen a nuestra desavenencia con el gobierno francés: confieso a usted, apreciable general, que es menester no tener el menor sentimiento de justicia, para mirar con indiferencia un tal abuso del poder; por otra parte, la conducta de los agentes de este gobierno, tanto en este país como en la Banda Oriental, no puede calificarse sino dándosele el nombre de verdaderos revolucionarios; ella no pertenece a un gobierno fuerte y civilizado; pero es que ni en la Cámara de los Pares, ni en la de los Representantes no ha habido un sólo individuo que haya exigido del ministerio la correspondencia que ha mediado con nuestro gobierno, para proceder de un modo tan violento como injusto: esta conducta puede atribuirse a un orgullo nacional, cuando puede ejercerce impunemente contra un estado débil o a la falta de experiencia en el gobierno representativo y a la lijereza probervial de esta nación; pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonia ni el sepulcro la puede hacer desaparecer.

Me dice en su apreciable, que mis servicios pueden ser de utilidad á nuestra Patria en Europa; yo estoy pronto a rendirselos con la mayor satisfacción; pero, y faltaría a la confianza con la que usted me honra, si no le manifestace, que destinado a las armas desde mis primeros años, ni mi educación, ilustración, ni talentos no son propios para desempeñar una comisión de cuyo éxito puede depender la felicidad de nuestro país; si un sincero deseo del acierto y una buena voluntad fuesen suficientes para corresponder a la tal confianza, usted puede contar con ambas cosas con toda seguridad, pero estos deseos son nulos sino los acompañan otras cualidades. 

Deseo a usted acierto en todo y una salud cumplida, igualmente el que me crea sinceramente su afecto servidor y compatriota. 

José de San Martín" 


Fuente: Ricardo Font Ezcurra "San Martín y Rosas" 
Ed. Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires-1965, pag. Cap.I pag.25